Açafrão-da-terra: o que é e para que serve?
Cúrcuma: beneficios y propiedades
La cúrcuma, una especia de color amarillo brillante que ha sido un pilar de la medicina tradicional durante siglos, ha ganado popularidad en la escena de la salud y el bienestar en los últimos años. No es solo un ingrediente sabroso en la cocina, sino que también se ha convertido en un superalimento en constante estudio por sus innumerables beneficios para la salud. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias y sus efectos positivos en la digestión, esta especia es una de las más populares y consumidas en todo el mundo.
¿Qué es la cúrcuma?
La cúrcuma, científicamente conocida como Cúrcuma longa, es una planta originaria del sudeste asiático que pertenece a la familia del jengibre. Se ha utilizado en la Medicina Ayurvédica y China desde hace más de 4.000 años debido a sus potentes propiedades medicinales.
El componente activo principal de la cúrcuma es la curcumina. Este compuesto es el responsable de su característico tono amarillo anaranjado y su sabor fuerte con un ligero toque picante y amargo. Muchos estudios científicos le atribuyen, además, grandes propiedades antiinflamatorias, antivirales y antibacterianas.
Los beneficios de la cúrcuma
La curcumina es un poderoso agente antiinflamatorio y antioxidante natural. Ayuda a combatir la inflamación crónica, que se cree que está en el corazón de muchas enfermedades, incluyendo la artritis, así como el síndrome del intestino irritable y enfermedades cardiovasculares. También es apreciada por deportistas, ya que reduce el dolor articular y ayuda a recuperarse antes de las lesiones.
Tradicionalmente la cúrcuma se ha utilizado para aliviar trastornos gastrointestinales. Estudios científicos apuntan su acción gastroprotectora, señalando su capacidad de estimular las secreciones gástricas y del páncreas, que facilitan la digestión. Se usa habitualmente en casos de dispepsia ácida y flatulencias, ya que la cúrcuma ayuda a expulsar los gases del intestino.
Se le atribuyen propiedades antivirales, antibacterianas, antifúngicas y reguladoras de la glucosa en sangre. En invierno, es una buena aliada para combatir los síntomas del resfriado y reforzar el sistema inmunitario. Gracias a sus propiedades termogénicas, la cúrcuma ayuda a restaurar la temperatura corporal y a calentar el organismo desde dentro. También se ha demostrado que puede ayudar a reducir el estrés.
La clave está en la absorción
Uno de los desafíos relacionados con la cúrcuma es su baja biodisponibilidad, lo que significa que su capacidad para ser absorbida y entrar en el torrente sanguíneo es limitada. Una manera simple de aumentar su absorción es incluir un poco de pimienta negra molida (se activa gracias a la piperina). También resulta beneficioso combinarla con algún tipo de grasa, ya que se disuelve fácilmente en ella y estimula la secreción de bilis.
¿Cómo consumirla?
Una de las maneras más comunes y reconfortantes de disfrutar de la cúrcuma es a través de té o infusiones, ya que se mezcla perfectamente con hierbas medicinales y especias como el jengibre. Se puede incorporar a jugos y bebidas, y se presta muy bien en salteados, sopas y estofados, siendo un ingrediente esencial en platos como el curry.