Como manter a sua pele saudável durante o inverno
En invierno, notamos la piel un poco más apagada y sensible. Con los cambios constantes de temperatura, el viento y la falta de humedad, aumenta la sequedad y las imperfecciones son más visibles. Ante ello, una rutina diaria a base de cosmética natural y ecológica puede ser nuestra mejor aliada para lucir una piel radiante. A continuación, los pasos básicos de cuidado facial y corporal en invierno.
1. Limpieza
La limpieza es la base del cuidado personal y también es el primer paso de toda rutina de belleza. Para ello, es fundamental utilizar un limpiador facial y corporal que pueda eliminar las impurezas sin dañar el equilibrio natural de nuestra piel.
Los geles y jabones elaborados con ingredientes naturales retiran la suciedad de los poros sin irritar la epidermis. Formulados con ingredientes que tienen propiedades hidratantes, humectantes, antiinflamatorias y antibacterianas, como el aceite de oliva o coco, manzanilla, caléndula o miel, no solo participan en la limpieza, sino que también revitalizan en situaciones de irritación o rugosidades.
Y es tan importante el producto que utilicemos como el modo en que lo hacemos. Se recomienda no usar agua muy caliente, ya que las altas temperaturas desequilibran la capa protectora de la piel, aumentando la sequedad. Del mismo modo, debemos procurar no frotar la piel de forma agresiva al secarnos con la toalla, ya que pueden aparecer irritaciones. Podemos eliminar la humedad tanto del rostro como del cuerpo presionando suavemente a toquecitos.
Podemos completar la rutina de limpieza facial con leches y aceites limpiadores o agua micelar, ideales para retirar fácilmente el maquillaje, absorber el exceso de grasa y limpiar los poros en profundidad.
2. Exfoliación
Para darle un plus a la limpieza, podemos recurrir a la exfoliación. Este paso permite retirar las células muertas, minimizar el tamaño de los poros y estimular la regeneración de la piel, haciendo que esta se sienta más suave y se vea más luminosa.
Podemos hacerlo con geles y mascarillas exfoliantes, a base de ingredientes como la arcilla o la avena, adecuadas a nuestro tipo de piel y necesidades. Para el cuerpo, debemos elegir un exfoliante corporal. Con la piel limpia y húmeda, extendemos el producto haciendo movimientos circulares y ascendentes.
Es importante no aplicar demasiada presión al exfoliar para evitar irritaciones. Tampoco es recomendable hacerlo más de una o dos veces por semana, especialmente en el rostro. Un exceso de exfoliación podría resecar la piel en demasía.
3. Hidratación
La hidratación es otro de los pasos fundamentales. No solo proporciona agua y nutrientes a las células, también favorece la elasticidad y crea una barrera protectora frente a los radicales libres. Podemos encontrar una gran variedad de cremas hidratantes, clasificadas según el tipo de piel o las necesidades a las que van dirigidas. Elige la que más te convenga y utilízala regularmente para mejores resultados.
Podemos darle un toque extra a la hidratación incorporando el uso de mascarillas, sérums o unas gotas de aceite hidratantes a nuestra rutina.
4. Protección
Aunque las temperaturas sean más frías y nos expongamos menos al sol, los rayos ultravioleta siguen impactando sobre nuestra piel. Para estar protegidos en todo momento y evitar el envejecimiento prematuro, no olvides tener siempre a mano un protector solar de calidad, tanto para el rostro como para los labios.